Iori Mizuki, una renombrada ninfa japonesa, atrajo a media docena de hombres asiáticos a su guarida, prometiéndole una velada de pasión.Cuando se desarrolló la noche, ella hábilmente manejaba a cada hombre, drenándolos de sus deseos lujuriosos antes de continuar.Al amanecer, dejó un rastro de hombres gastados a su paso, cada año para su regreso.