La lujuria insaciable de mi compañera de cuarto me vuelve loco.Cada noche, ella me provoca y toca, encendiendo un deseo ardiente.Cuando explora más profundo, nuestros gemidos resuenan a través del dormitorio, cada clímax es más intenso que el anterior.Esta es nuestra regla tácita: un tabú tentador de placer y éxtasis.